«Proveniente de la reflexoterapia, la reflexología podal se aplica concretamente en los pies desde donde se pueden tratar diferentes zonas del cuerpo. Estimulando diferentes zonas del pie se puede alcanzar el saneamiento o mejoría del segmento en cuestión.»
Reflexología podal: sanar a través de los pies
La Reflexología Podal es una técnica ancestral que implica aplicar presiones y movimientos de fricción en puntos específicos de los pies. La clave aquí es que estos puntos están conectados de manera refleja con diferentes partes de tu cuerpo, como órganos, articulaciones y glándulas. El objetivo de trabajar estos puntos es lograr una relajación profunda en el sistema nervioso y estimular una respuesta beneficiosa en los sistemas internos.
Esta estimulación refleja no solo puede brindarte una sensación general de bienestar, sino que también puede ser útil para abordar dolores y molestias que puedas estar experimentando. A través de la Reflexología Podal, se busca equilibrar y mejorar la función de diversas áreas de tu cuerpo.
La sesión de reflexología podal se realiza sin necesidad de utilizar productos químicos o medicinas. Se trabaja únicamente con manos o utensilios de madera o minerales, aplicando diferentes técnicas de presión, masaje y movimientos rítmicos sobre las áreas reflejas.
Beneficios de la reflexología podal:
¿Cómo realizo una sesión de Reflexología Podal?
Para mí, tus pies son un mapa de tu cuerpo, por ello siempre comenzaré examinando tus pies en un ambiente relajante y tranquilo. De este modo, puedo identificar áreas de tensión, sensibilidad o posibles bloqueos.
Después, usando mis manos u otros utensilios de materiales naturales, aplicaré presiones y movimientos de fricción en puntos específicos de tus pies. Estos puntos están conectados a diferentes partes del cuerpo a través de vías nerviosas y energéticas. La presión aplicada puede variar, pero generalmente es firme y controlada.
A medida que trabajemos diferentes puntos, es posible que sientas sensaciones diferentes, como relajación, hormigueo suave o incluso un poco de sensibilidad. Esto es completamente normal y puede indicarme áreas que necesitan más atención.
Durante la sesión, podrás relajarte y desconectar mientras me enfoco en tus pies. La duración de una sesión puede variar, pero suele durar entre 30 y 60 minutos.
Al finalizar la sesión, es posible que sientas renovación y relajación y es muy importante que bebas agua para ayudar a eliminar cualquier toxina que pueda haber sido liberada durante la sesión.
En resumen, una sesión de reflexología podal es un viaje hacia el bienestar donde tus pies actúan como un mapa hacia la armonía interna. Es una experiencia única que puede contribuir a tu salud y equilibrio en general.


